El exsecretario general de la Concacaf y exmiembro de la FIFA, es un
arrepentido que ayudó para desmontar la trama de corrupción.
Los casos de corrupción en la
FIFA han quedado al descubierto como nunca antes. La detención de varios altos
cargos por parte del FBI, acusados de soborno y blanqueo capitales, ha tenido
detrás la actuación de un personaje clave: Chuck Blazer, exmiembro de la FIFA.
Blazer ha actuado desde la oscuridad para las autoridades de Estados Unidos.
Las detenciones no habrían sido
posibles sin el micrófono oculto con el que Blazer grabó las conversaciones
entre los representantes del organismo a lo largo de los últimos tres años.
El extravagante Blazer, de 70
años, que dirigía la Concacaf desde su departamento en Nueva York y llevaba un
blog en el que daba cuenta de sus reuniones con personajes famosos, desapareció
del primer plano del fútbol cuando en 2013 renunció a su puesto en el comité
ejecutivo de FIFA y ahora se centra en recuperarse del cáncer de colon que
padece.
El hombre más poderoso del fútbol
estadounidense decidió cooperar con las autoridades para desvelar los secretos
de la FIFA después de que comenzaran a investigarle por diversos delitos de los
que se declaró culpable, como fraude, evasión de impuestos o blanqueo de
dinero.
Además de las comisiones,
establecidas primero por contrato y luego por costumbre, una investigación de
la Concacaf en 2013 consideró probado que Blazer se apropió indebidamente de al
menos US$ 15 millones.
Según la justicia estadounidense,
además de los sobornos por contratos de concesión de derechos sobre torneos de
fútbol, Blazer fue sobornado por Marruecos para que eligiera al país como sede
del Mundial de 1998 (lo organizó Francia), al igual que Sudáfrica para 2010.
Los agentes le dijeron que podía
terminar en prisión o que podía cooperar, a lo que Blazer terminó accediendo.
Aparte de eso, terminó pagando una multa de 1,9 millones de dólares (había
evadido impuestos durante una década) y aceptó pagar otra cantidad cuando fuera
juzgado. Así, para salvarse, se convirtió en el «topo« del FBI, en la pieza clave
para desmantelar la red que gobernaba el futbol.
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Fuente: http://www.abc.es/
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