Por: Emiliano Lentini - elentini@infobae.com
Grondona, Leoz y Figueredo ya son historia. Conmebol y Concacaf quedaron
contaminadas por recibir coimas, pero el paraguayo Napout votó a favor de
Blatter y así llegó a la vicepresidencia de la FIFA.
El fútbol latinoamericano quedó salpicado, dividido y descabezado por el
"caso de sobornos" que mantiene en vilo a la FIFA desde el pasado
miércoles. Las asociaciones quedaron en el ojo de la tormenta y sus máximos
dirigentes arrestados, prófugos o sospechados.
Ante semejante panorama, en medio del 65° Congreso Mundial de la FIFA,
Joseph Blatter ganó la reelección para llevar a cabo su quinto mandato y
ratificó en la vicepresidencia a un hombre del fútbol sudamericano: Juan Ángel
Napout.
El directivo paraguayo, de 57 años y actual Presidente de la Conmebol,
ocupa desde el viernes la antigua posición del argentino Julio Grondona,
fallecido en 2014, y que iba a ser ocupada por el uruguayo Eugenio Figueredo,
unos de los nueve dirigentes implicados en el escándalo.
Napout lideró la delegación sudamericana en el 65º Congreso de la FIFA
celebrado en Suiza y no tuvo ningún problema en manifestar que su voto de apoyo
fue para Sepp Blatter, al mismo tiempo que confirmó que no fue una decisión
"en bloque" de todos los países sudamericanos.
El presidente de la Conmebol y actual vice de la FIFA, al igual que
Blatter se muestra como víctima y dispuesto a colaborar con la justicia,
quitándose toda responsabilidad en las sospechas. Sin embargo, uno de los
implicados es Rafael Esquivel, presidente del fútbol venezolano y
vicepresidente 1º de la Confederación Sudamericana.
En busca de comenzar a limpiar la imagen, y a días de la Copa América de
Chile 2015, la Confederación Brasileña de Fútbol (CBF), con sede en Río de
Janeiro, retiró de la noche a la mañana el nombre "José María Marin"
en honor a su vicepresidente -detenido en Zúrich-.
Napout, aliado del ex presidente Nicolás Leoz –hoy internado para evitar
su captura y extradición a los EEUU-, se mostró dispuesto a ganar poder y fue
el primero en anunciar el viernes que Sudamérica mantenía las 4,5 plazas para
las próximas dos copas del mundo. Un punto clave para votar a favor de Blatter.
En la Confederación de Fútbol de América del Norte, Centroamérica y el
Caribe (Concacaf), después de las detenciones del caimanés Jeffrey Webb, el
costarricense Eduardo Li, el trinitense Jack Warner y otros tres miembros, el
hondureño Alfredo Hawit fue designado oficialmente como presidente interino
según los estatutos.
Aún sin nombres propios para la renovación, la esperanza de
transformación en la dirigencia latinoamericana es tan grande como necesaria.
El continente coincide en que esta es una buena oportunidad para limpiar las
estructuras del fútbol. La presidente brasileña Dilma Rousseff, como la
mandataria chilena Michelle Bachelet, se mostraron dispuestas a colaborar con
el cambio.
El ámbito empresarial, derechos de televisión e imagen serán otro de los
asuntos a revisar tras la implicación en sobornos de la empresas Traffic Group
(Brasil) Full Play Group y Torneos (Argentina). El reparto de coimas y sobornos
para organizar la Copa América dejó al descubierto las irregularidades entre
directivos y privados.
La impunidad, corrupción y manejos irresponsables de las últimas décadas
han contaminado el fútbol mundial y América Latina ha sido una de las regiones
más dañadas. Necesita una renovación sincera, profunda, apoyo gubernamental,
colaboración de ex jugadores, figuras representativas y nuevos miembros que
cambien la imagen. Las decisiones son de unos pocos y el mando está acéfalo.
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Fuente: http://infobae.com
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