Ha quedado demostrado que la Fifa no es intocable. Que se
desploma.
Y se cayó Blatter. La investigación de la colosal operación
de sobornos y coimas para las elecciones y reelecciones presidenciales y la
escogencia de las sedes de los mundiales de fútbol entre los dirigentes de la
cúpula de la Fifa, hizo que la poderosa nave del fútbol mundial se viniera a
tierra. El estruendo enorme se oye por todo el planeta.
Blatter dio su inesperado anuncio apenas cuatro días después
de haber desafiado, entre otros, a nada más y nada menos que al Departamento de
Justicia de Estados Unidos, al FBI, a David Cameron, el primer ministro inglés;
a Scotland Yard, a Ángela Merkel, la canciller de acero alemana; a Francois
Hollande, el presidente francés…
Se hizo reelegir con soberbia para un quinto mandato
consecutivo, con el apoyo político del presidente ruso Vladimir Putin, al
imponer su maquinara electoral en el Congreso de la Fifa, una aplanadora que
aplastó a la Uefa, a Platini, a EE. UU., y a su rival, el príncipe jordano Ali
bin Hussain.
Sus palabras al reclamar ese triunfo resultaron una
profecía: “Vendrán nuevas malas noticias”, dijo. Y llegaron más rápido de lo
que él pensaba. Bueno, aunque para muchos, por el contrario, esta renuncia,
este espectacular desplome de la red corrupta y mafiosa se tardó eternidades,
pues la olla podrida de la dirigencia del balompié mundial hiede hace décadas
enteras.
Blatter está bajo la incontenible y devastadora
investigación estadounidense. Él sabía
que el rastreo de los 10 millones de dólares girados por su secretario general, Jerome Valcke (su hombre de confianza, su ‘primer anillo de
seguridad’), a sus compinches de la Concacaf;
como los correos que se cruzaron entre ellos y sus secuaces de la
Conmebol, las confesiones ya cantadas y las por venir, eran inatajables,
incontenibles...
“Las palabras y las voces de los muertos me tragaban como un
remolino de río se traga a un animal cansado”, escribió Juan Gabriel Vásquez,
en su novela ‘El ruido de las cosas al caer’. Y así pasó. A Blatter se lo
devoró la investigación.
No tenía escapatoria a pesar de que en su defensa electoral
de la semana pasada habló de la riqueza, el desarrollo, los éxitos deportivos,
las inversiones y la expansión que durante sus 17 años de mandado le dio a la
Fifa… Muchas cifras y cuentas oficiales, de esas que se registran en los
balances por conceptos redactados con tecnicismos y rebuscados fines.
Ha quedado demostrado que la Fifa no es intocable. Que se
desploma. Que no es la cueva inviolable de los 40 ladrones. El ruido de Blatter
al caer es atronador.
La escandalosa investigación de la justicia de EE. UU. tiene
un capítulo principal en Suramérica por la podredumbre en torno de los
contratos de derechos de TV y mercadeo. “La Conmebol pide sobornos, torneo tras
torneo, desde 1991”, dijo la Fiscal estadounidense, Loreta Lynch.
Y en ese grueso y maloliente aparte, aunque el expediente no
lo menciona directamente, Luis Bedoya el presidente de la Federación Colombiana
de Fútbol habló, reveló las cifras generosas y prósperas de su gestión y
ofreció sus cuentas –así como las de los miembros de su comité ejecutivo-, para
que sean investigadas por las autoridades locales o internacionales que lo
requieran.
Tanto allá como acá se espera que las investigaciones sigan
su curso, que esta renuncia de Blatter
no sea un motivo para levantar el pie del acelerador.
El único deseo posible es que destapen la cañería, que siga
la limpieza a fondo, que sigan cayendo corruptos y sobornadores caiga quien caiga,
sea quien sea, “así el ruido sea ininterrumpido y suene en la cabeza durante
mucho, mucho tiempo”, como ya lo escribió una vez Vásquez...
Meluk le Cuenta…
GABRIEL MELUK
Editor de Deportes - EL TIEMPO.
Continúe leyendo en: http://goo.gl/lsFfWf
Fuente: http://www.eltiempo.com
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