Por: CARLOS E. CUÉ / ALEJANDRO REBOSSIO.
Un informe revela irregularidades en el plan del Gobierno argentino
para dar gratis los partidos, y que le ha costado más de 1.000 millones de
dólares.
“Nos secuestraron los goles como
antes secuestraron a 30.000 argentinos”. Con esta frase, Cristina Fernández de
Kirchner, con Diego Armando Maradona a su lado, daba paso en 2009 a uno de los
proyectos estrella de su Gobierno y que, según diversos analistas, más réditos
políticos le ha dado: desde ese momento, el Estado desplazaba del fútbol a las
empresas privadas que explotaban los derechos para ofrecerlo de manera
completamente gratuita, algo inusual en el resto del mundo y muy relevante en
Argentina, donde el fútbol es una cuestión muy seria.
El programa se llama Fútbol para
Todos, y en cinco años le ha costado al Gobierno, según datos oficiales, más de
1.000 millones de dólares. Un informe que preparó la Auditoría General de la Nación,
un organismo de control del Congreso, y no pudo ver la luz por el veto de los
auditores kirchneristas, ha detectado varias irregularidades en este programa.
Uno de los detalles del informe señala que hay hasta 36 millones de dólares sin
justificar en estos contratos del Fútbol para Todos, según los datos enviados
por el Gobierno al Congreso, por lo que los auditores que lo han analizado
estiman que podría haber profundas irregularidades. De hecho el asunto está ya
en los tribunales, a través de la denuncia de Gabriela Ocaña, concejal porteña
de la oposición que fue ministra de Salud con los Kirchner.
El programa empezó con la idea de
vivir de la publicidad pero ahora solo tiene en los intermedios propaganda
oficial del Gobierno. En medio de los partidos de fútbol, por tanto, que en
Argentina alcanzan audiencias récord, la presidenta y sus ministros aparecen en
inauguraciones de distintas obras públicas, en actos con militantes y en
general sonriendo en anuncios de imagen muy cuidada y que tienen más eficacia
en ese momento preciso del intermedio del fútbol que cualquier discurso
político.
De hecho el programa tuvo otro
efecto importante para la batalla política que mantiene el Gobierno con algunos
medios: le quitó un negocio muy importante al Grupo Clarín, que hasta entonces
explotaba los derechos del fútbol. Aunque nunca se reconoce oficialmente, esa
guerra estaba en el trasfondo de la decisión. Fútbol para Todos y la propaganda
oficial en medio de los partidos se han convertido en algo tan relevante que
diversos analistas y políticos consultados creen que gane quien gane las
elecciones de octubre no renunciará a este formidable aparato de propaganda por
mucho que el coste para el Estado sea elevado. Sobre todo, señalan estos
analistas, nadie podrá asumir el coste de volver al fútbol de pago después de
cinco años en los que los argentinos se han acostumbrado a ver todo tipo de
partidos —campeonato, copa Libertadores de América y la selección argentina— de
forma gratuita en televisión o por Internet y en alta definición.
La auditoría realizada por el
organismo dependiente del Congreso entre agosto de 2009 y finales de 2012, y
que no vio la luz, sostiene que hay una diferencia de 178,9 millones de pesos
(36 millones de dólares de entonces) entre los totales devengados en la
ejecución presupuestaria (2.967,5 millones de pesos) y la sumatoria de las
órdenes de pago (2.788,6 millones), según los datos oficiales, por lo que los
expertos han comprobado que existen “debilidades y desvíos”. En cuanto al pago
a prestadores de servicios, se detectó la emisión de numerosas órdenes de pago
sin el respaldo de la orden de compra correspondiente por un total de 188,9
millones de pesos (38 millones de dólares).
Además, el informe señala que el
contrato no fue tramitado respetando las leyes de contratación pública
argentinas. El texto recuerda que la decisión se argumentó en la crisis de los
clubes argentinos, como una especie de rescate, pero el contrato no ha resuelto
ni de lejos ese problema. Sostiene el informe que nunca se presentaron
documentos técnicos demostrativos de la invocada crisis de los clubes ni de la
verosimilitud de las millonarias sumas adeudadas por estos y que nunca se
obligó a la Asociación del Fútbol Argentino, a través de algún mecanismo de
control, a acreditar que con ese dinero estaba saneándolos.
En ningún expediente de pago
constan antecedentes o referencias a constancias objetivas que validen la
razonabilidad del precio pagado con los valores de plaza del servicio. Y
tampoco se implementaron procedimientos escritos y detallados que regulen el
circuito de facturación, pago y acreditación de los fondos generados. Esto es,
un profundo descontrol en uno de los programas estrella del Gobierno de
Cristina Fernández de Kirchner.
Continúe leyendo en: http://goo.gl/9WdbJl
Fuente: http://www.elpais.com
Blogger Comment
Facebook Comment