A 15 días del comienzo
de la Copa América y a dos de las elecciones generales por la presidencia de la
FIFA, la justicia se dejó caer sobre el núcleo de poder del fútbol mundial.
Siete dirigentes de la FIFA fueron detenidos en Zurich, Suiza, en una operación
internacional que tiene su origen en una investigación en Estados Unidos por
graves casos de corrupción. En total son 47 los cargos que la fiscal general de
ese país, Loretta Lynch, presentó contra nueve directivos de FIFA y cinco
empresarios del rubro. Los acusa, entre cosas, de participar en sobornos,
chantajes, conspiración y blanqueo de dinero. Sobre los que no fueron
detenidos, pesa una orden internacional de captura y extradición.
No figura entre los
acusados, pero el nombre de Sergio Jadue, el presidente de la ANFP y segundo
vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Comebol), está
estrechamente vinculado a las irregularidades que investiga la justicia
norteamericana. El informe que preparó Lynch lo menciona como receptor de US$
1,5 millones de la empresa Datisa, más conocida como WeMatch (ver artículo de
La Tercera). Ese monto formaría parte de
un total de US$ 100 millones que la compañía habría gastado en coimas para
adquirir los derechos comerciales, de transmisión y de producción de las próximas
cuatro Copa América. La primera es precisamente la que se llevará a cabo en
Chile y que parte el próximo 11 de junio.
Dice el informe:
“Datisa acordó pagar US$100 millones en sobornos a oficiales de Conmebol -todos
oficiales de FIFA- a cambio del contrato de Copa América firmado en 2013: US$
20 millones por la firma del contrato y US$ 20 millones por cada una de las
cuatro ediciones del torneo”. Estos pagos se dividían de esta forma: US$3
millones para cada uno de los top tres oficiales de Conmebol: presidente de la
Confederación y los presidentes de las asociaciones de Brasil y Argentina; US$
1,5 millones para cada uno de los siete presidentes de las federaciones que
integran la Conmebol; y US$ 500 mil para otros once oficiales de Conmebol. Los
pagos se habrían realizado entre junio y septiembre de 2013 usando
instituciones financieras de Estados Unidos.
Consultado en radio
Cooperativa, Jadue reconoció la existencia de ese millón y medio de dólares,
pero aseguró que corresponden a un anticipo por la realización de Copa América
y que no habría nada ilícito en esos pagos. “El informe que aparece es
incompleto. El 2013 hubo un anticipo para cada federación por las tres próximas
ediciones de Copa América y la ANFP recibió un adelanto de un millón de dólares
porque la Conmebol dio la cuenta de nosotros. No hay nada ilícito”, dijo.
La ANFP publicó
durante la tarde un comunicado donde señala que el millón y medio de dólares
fue ingresado a la cuenta oficial de la Copa América. Como respaldo, adjunta
cuatro comprobantes que darían cuenta de estas transferencias.
No es el primer
problema que Jadue ha enfrentado este año. A poco de partir su segundo período
al mando del fútbol profesional chileno, su nombre apareció ligado a la
investigación de una millonaria estafa mediante un contrato triangulado con una
empresa de Tomás Serrano, el controlador de Unión La Calera, el club que Jadue
presidía antes de llegar a la ANFP. Sobre Serrano pesa una condena de 15 años
de cárcel. A partir de ese dato revelado por El Mercurio, CIPER investigó y
publicó a fines de enero una radiografía a los negocios e ingresos del
presidente del fútbol nacional. Fue para ese reportaje que nos concedió una
entrevista, donde reconoce que recibe ingresos por $12 millones, de los cuales
el 50% proviene de la Conmebol (ver entrevista).
Poco después, CIPER
publicó otra investigación que se vincula con las irregularidades detectadas
por la justicia de EE.UU., específicamente con la arista relativa a la Copa
América 2015. El reportaje ilustra cómo un selecto grupo de empresarios bien
relacionados con los mandamases de la FIFA y la Conmebol, sacan suculentas
tajadas de un negocio sin mayor transparencia (ver reportaje de CIPER). Ese
reportaje ya daba cuenta de los intereses de las empresas que hoy cuestiona la
fiscal Lynch.
Los derechos
comerciales de la Copa América se vendieron por medio de contratos
multimillonarios y confidenciales a la agencia WeMatch: ellos son quienes
comercializan la transmisión, auspiciadores y producción a privados de cada país
que quiera ser parte del evento. Esta agencia está integrada por las compañías
argentinas Full Play Group y Torneos, y la brasileña Traffic Group. Sus tareas
están divididas: Full Play se hace cargo de los derechos televisivos, Traffic
de los derechos comerciales y Torneos de la producción.
La base de la
investigación, según relató en conferencia de prensa la fiscal, se logró por la
cooperación de Charles Blazer, antiguo secretario general de la Concacaf, y
José Hawilla, dueño de Traffic Group y socio de Full Play Group y Torneos en
WeMatch. Ambos son parte del grupo de involucrados que ya se declararon
culpables. De Full Play Group y Torneos aparecen tres inculpados por el
Departamento de Justicia de EE.UU.: Hugo Jinkis, Mariano Jinkis y Alejandro Burzaco
(ver artículo en Perfil).
Además de los tres
empresarios argentinos, en la lista de acusados por la justicia de EE.UU. hay
11 personas (vea lista completa). A ellos se suman otros cinco que también
están libres, aunque con orden de detención, entre los que destacan Nicolás
Leoz, presidente de la Conmebol desde 1983 hasta 2013 y ex ejecutivo de FIFA;
Jack Warner, ex vicepresidente de la FIFA y actual presidente de la
Confederación del Caribe; y José Margulies, dirigente de la empresa Valente
Corp., acusado de ser el intermediario para realizar los pagos ilícitos.
También están los
siete que fueron detenidos en Suiza:
1. Eugenio Figueredo, ejecutivo
de la FIFA, ex presidente de la federación Uruguaya, vicepresidente de la
Conmebol en la época de Nicolás Leoz y presidente de la organización cuando
éste dimitió;
2. Jeffrey Webb, funcionario de
fútbol de las Islas Caimán, presidente de la Concacaf y vicepresidente de la
FIFA;
3. Eduardo Li, presidente de la
federación de Costa Rica y miembro del Comité Ejecutivo de la FIFA;
4. Rafael Esquivel, presidente
de la federación venezolana de fútbol desde 1988;
5. José María Marín, presidente
de la confederación brasileña desde 2012 hasta abril de este año;
6. Julio Rocha, ex presidente de
la federación de Nicaragua entre 1985 y 2012; y
7. Costas Takkas, asesor de
Jeffrey Webb.
La redada fue
realizada mientras los implicados descansaban en sus lujosas habitaciones del
Hotel Baur Aur Lac, a la espera del día de la votación por la presidencia de la
FIFA. Ya 11 de los involucrados fueron suspendidos provisionalmente por la
FIFA. De esta manera termina el cuarto período de Joseph Blatter a la cabeza de
la organización. El viernes se sabrá si es o no el último.
Continúe leyendo en: http://goo.gl/G3uvzp
Fuente: http://ciperchile.cl/
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