Las investigaciones del FBI
estrechan el cerco alrededor del reelegido presidente de la FIFA. Casi toda la
trayectoria de Blatter despierta sospechas.
«Es como una inmortal mariposa
mutante que sale de su capullo cada cuatro años». Así definió un periodista
americano a Blatter, que ayer volvió a coronarse jerarca supremo de la FIFA. Es
el único hombre del deporte en la lista de las cien personas más influyentes de
Forbes. «A su lado, el comisionado de la NFL es un boy scout», dijo otro.
Es en Estados Unidos y en
Inglaterra donde más se ha escrito sobre él. También interesa mucho en Argentina,
por Grondona y por la vieja reivindicación de Maradona. En España ni siquiera
se escribe de Villar.
Blatter comanda el fútbol desde
el año 1998. Nacido en Visp, Suiza, en 1936, cumplirá por tanto los 80 como
Presidente de la FIFA. Fue un jugador de fútbol aficionado y tras estudiar en
la universidad presidió la Federación Suiza de Hockey y trabajó en empresas
relacionadas con el deporte. En Longines, con la que participó en la
organización de los Juegos Olímpicos de 1972 y 1976 -cronometraje-.
Una de las personas que más
influyeron en la carrera de Blatter fue Horst Dassler, hijoo del Fundador de
Adidas, y fundador él mismo de Adidas-Francia y de ISL, la empresa marketing
deportivo que luego estaría relacionada con los escándalos de la FIFA. «Fue una
excelente educación para mí, me enseñó sobre política deportiva», reconoció
Blatter.
Blatter, Dassler y Havelange: un cambio en el fútbol
Sería la influencia de Dassler la
que lo introdujo en la FIFA en 1975. La relación de Dassler con Havelange era
anterior. Un año antes, en el 74, dejaba la presidencia de la FIFA el inglés
Stanley Rous. Rous fue árbitro y aunque en sus años al frente de la FIFA ya
había entrado la publicidad, se oponía a dar participación directa en la Copa
del Mundo a países africanos y asiáticos. Havelange y el influjo de Dassler
relanzaron la comercialización del fútbol. Extendieron la Copa del Mundo a más
países y dieron entrada al patrocinio. Blatter continuó por ese camino. La Copa
del Mundo tenía 16 participantes en 1978 y 32 en 1998.
Durante su mandato, los ingresos
anuales de la FIFA aumentaron de 409 millones de dolares en 1998 a 4.826
millones en 2014.
La comercializacion y la
democratización del fútbol han sido los argumentos favoritos de Blatter para
disculparse cuando surgían los rumores de corrupción. El velo que corría.
Blatter engrasó el sistema de Havelange aprovechándose de la gran paradoja: el
fútbol se globalizaba, pero la organización seguía estancada en unas formas de
gobierno opacas. Cuando algún periodista trata de averiguar el salario de
Blatter, los responsables de comunicación recurren al tradicional secretismo
suizo. Aún hoy, nadie sabe lo que gana el presidente.
Blatter debía dominar una
organización en la que el voto de las 209 federaciones tiene el mismo peso, con
independencia de su importancia o relieve histórico. Un terreno propicio para
la corrupción en el sistema de votación.
Investigaciones del FBI
El periodista que más ha escrito
de la corrupción en la FIFA quizás sea el británico Andrew Jennings. En su
libro “Omertá”, y lo ha repetido hace unas horas en redes sociales, declaró que
los agentes del FBI se habían reunido con él y que solicitaron su documentación.
«El objetivo es Blatter», afirmó. Viene informando hace años y si todo es como
parece, el contenido de sus libros pasará a formar parte de los sumarios. En su
página web muestra un par de fotos desconocidas de Blatter con Charles Taylor,
el Presidente de Liberia condenado por crímenes de lesa humanidad. En ellas se
ve cómo recibe los honores del dictador y estrecha su mano. El viaje a Monrovia
tendría por motivo agradecer y solicitar el apoyo de Liberia. Nada mejor que
esas fotos resumiría la falta de escrúpulos morales a la hora de captar los
votos.
La relación con Qatar
Las sospechas sobre Blatter
comenzaron con su nombramiento en 1998.
Mohamed Bin Hammam, el que fuera
apoyo de Blatter en su entrada en la FIFA y presidente de la Confederación
Asiática, anunció su intención de presentarse como candidato para la
presidencia de la FIFA. Poco después, la propia FIFA inició una investigación
sobre posibles sobornos que concluyeron con Hammam suspendido de por vida de
toda actividad futbolística.
El Sunday Times publicó después
una relación de emails e informaciones sobre los pagos que habría realizado a
distintas personas relacionadas con federaciones africanas.
Blatter veía eliminado un
oponente. Pero Hammam había sido muy importante en su ascenso a la presidencia.
Para Andrew Jennigs, fue Hamman, nombrado por el Emir de Qatar, el que
suministró el dinero para comprar votos en las elecciones de 1998 y 2002.
Jennings relata la presunta compra de votos en París en 1998 para elegir al
sucesor de Havelange. Farah Addo, vicepresidente de la Confederación Africana
de Fútbol, le contó en 2002 cómo, cuando estaba previsto que votaran a Lenart
Johansson, recibió una llamada telefónica de un embajador del Golfo en Somalia
prometiéndole cien mil dolares por cambiar el voto. Según cuenta Jennings, fue
el dinero de Qatar el que facilitó la compra de votos para esa elección. «Lo he
visto con mis propios ojos. La noche antes de las elecciones había colas en Le
Meridien Hotel para recibir dinero», afirmó Addo.
Se cuenta también que el avión
con el que Blatter realizó su campaña pertenecía al Emir, Hamd bin Khalifa. Año
después, tras acabar con las ambiciones de Hammam, Blatter siguió contando con
el apoyo de Qatar.
El escándalo ISL
La empresa fundada por Dassler,
ISL, se dedicaba al marketing deportivo y a la gestión de los derechos de los
mundiales. Tras su liquidación saltó el escándalo de los sobornos a miembros de
la FIFA, hasta el punto de que el Comité de Ética, órgano interno, abrió
investigaciones que acabaron con la conclusión de que Joao Havelange, entonces
presidente honorario, había recibido sobornos de esa compañía. Havelange
dimitió y Blatter no asumió ninguna responsabilidad.
Si Qatar fue importante en la
carrera de Blatter, no lo fue menos Dassler. Recordemos el padrinazgo del
magnate alemán, fundador de la empresa ISL. Además, Blatter fue secretario
general y director técnico en tiempos de Havelange. ¿Cómo pudo no enterarse de
nada?
Pero es nuevamente Jennings el
que va más lejos. En su libro “Foul” mantiene que existe la prueba de que
Blatter sabía algo al respecto. Después de firmarse el contrato por los
derechos televisivos de 2002 a 2006, por error habría llegado a una cuenta de
la FIFA un pago de un millón de francos suizos destinada a un alto cargo.
“Garantia JH” era la anotación que se grabó en correspondencia en los archivos
de ISL. Blatter lo habría sabido en 1998, siendo Secretario General. Pero ni lo
hizo saber al Comité Ejecutivo, ni al de Finanzas ni a la Policía. Ordenó,
según Jennings, que se traspasara a la cuenta personal del alto cargo.
Las sospechas van más allá.
Dassler habría entrenado a Blatter en los 70 para poner el Mundial de fútbol a
disposición de Adidas e ISL. Incluso se apunta que fue Blatter el que desoyó la
millonaria oferta alternativa de la empresa IMG para hacerse con los derechos,
con la intención de seguir con ISL.
Cuando murió Dassler, su sucesor
en ISL fue Jean-Marie Weber. Con él mantuvo Blatter una gran amistad. Llegaron
a veranear juntos y Blatter, siempre según Jennings, dijo que su relación era
«como una veneciana noche de amor». Weber habría seguido con el flujo de
sobres.
Un organismo bunquerizado
Además de las certezas, es decir,
las investigaciones alrededor de responsables como Jack Warner o Jeffrey Webb y
la evidencia de sobornos de ISL a Joao Havelange, de los que Blatter dice no
saber nada, hay un magma de investigaciones periodísticas que lo cuestionan
todo. Desde el nombramiento de Blatter hasta cada una de sus reelecciones, la
gestión de las entradas, los derechos o la elección de las sedes de los
Mundiales. Se investiga sobre Rusia y Qatar, pero en la prensa inglesa se
cuentan más cosas; cómo se decidió, por ejemplo, la votación para elegir el
Mundial de Alemania. Al parecer, el interés de la FIFA era que el Mundial del
2006 fuera a parar a Alemania, pero se preveía un empate 12-12 con la opción de
Sudáfrica. El resultado final fue 12-11. Alguien no había votado. El
representante de Nueva Zelanda, Charlie Dempsey, a la hora de la votación
definitiva estaba cogiendo un avión de vuelta a casa. De «presiones
intolerables” habló. Las investigaciones de Jennings son para Blatter «pura
ficcion».
Todas estas informaciones
periodísticas y rumores podrían demostrarse ahora con las investigaciones en
curso, aunque la FIFA tiene un status distinto al resto de organizaciones. Tras
la reforma estatutaria impulsada por el propio Blatter y aprobada en 2013, todo
en ella tiene carácter confidencial. Todas las reuniones de los comités
ejecutivos, financiero, compensaciones y retribuciones o dietas son de carácter
estrictamente confidencial. Además, creó sus propios organos jurisdiccionales.
Nombró a Hans Joachim Eckert como juez y a Michael García, un fiscal
estadounidense, como encargado de las investiaciones sobre corrupción. El
informe de García no llegó a publicarse. La proverbial opacidad del organismo.
García dimitió y dejó una sentencia: «Será imposible cambiar la cultura de la
FIFA».
Rusia y Qatar, nuevos flancos
Últimamente Blatter tiene
deslices. Su cómica imitación de Cristiano Ronaldo fue uno. Tampoco estuvo muy
lúcido cuando propuso que las mujeres futbolistas llevaran pantalones más
ajustados. En 2013 se dirigió a las primeras mujeres en formar parte del Comite
Ejecutivo: «Digan algo, señoras. Siempre están hablando en casa y ahora pueden
hacerlo aquí». Pero lo más estrambótico lo dijo cuando recomendó a los
homosexuales que se abstuvieran de mantener relaciones durante el Mundial de
Qatar. Qatar ha llevado muy lejos a Blatter y puede haber sido un fatal exceso
de ambición. Algunas voces sostienen que la idea de juntar la decisión sobre
los mundiales de 2018 y 2022 en el mismo año 2010 vino motivada por la pura
codicia: adelantar los sobornos. La elección de Qatar irritó la susceptibilidad
de la prensa inglesa, pues Inglaterra optaba a la organización. Qatar
significará jugar a cincuenta grados, desoír aún más las exigencias sobre
derechos humanos y alterar el calendario europeo. The Independent publicaba
hace unos días que en las obras para el Mundial habrían muerto por accidente
laboral 964 trabajadores inmigrantes.
La elección de Rusia, dicen
otros, habría despertado el recelo norteamericano tras las sanciones a Putin
por su injerencia en Ucrania. Esos son ya los argumentos de defensa: la
persecución anglosajona.
Se dice que Sepp Blatter, como se
hace llamar entre amigos, tuvo alguna vez ambiciones de ganar el Premio Nobel
de la Paz. Pero eso aún no se vota por federaciones.
Continúe leyendo en: http://goo.gl/OW774y
Fuente: http://www.abc.es/
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